Ocho chistes sobre profesores y maestros

Imagen © Greg Kuchik/Getty Images
  • El drama del profesor indignado
    El profesor de matemáticas llega al aula serio y les comenta a los estudiantes:
    - Estoy indignado. Más del 80% de la clase no pasó el examen.
    Desde la última fila de bancos, al fondo del salón se escuchan risas y una voz que dice:
    - ¡Si ni siquiera somos tantos!
  • Implementa el poder del sentido común
    Llega un nuevo profesor a la universidad, vestido con traje y vistoso, para dar un curso de física fundamental. Desde la tarima propone a los estudiantes el siguiente problema:
    - A ver estudiantes, teniendo en cuenta el volumen que ocupan ustedes (yo no, que para eso soy catedrático), la velocidad del rayo lumínico solar, la aberración del polvo desplazado por la tiza y las vibraciones emitidas por mis cuerdas vocales, calculen la edad que tengo.
    Los jóvenes tiemblan ante el problema, excepto uno que levanta la mano y dice de inmediato:
    - 44.
    El catedrático se sorprende y pregunta:
    - Y usted, ¿cómo sabe?
    - Muy fácil profesor. Tengo un hermano que tiene 22 y es medio tonto como usted.
  • El profesor en la clase de química pregunta a los estudiantes:
    - Si introduzco este reloj en esta sustancia, ¿creen ustedes que se disolvería?
    Un alumno responde:
    - No.
    - Correcto. ¿Por qué?
    - Porque si se disuelve, usted no lo metería.
  • Una reflexión sobre la muerte
    En la escuela, el profesor de Historia le pregunta a uno de sus estudiantes:
    - Daniel, ¿qué me puede decir de la muerte de Napoleón?
    - Que lo siento mucho, profesor.
  • Jaimito en la clase de matemática
    El maestro le pregunta a Jaimito:
    - Jaimito, ¿cuánto es 2 por 2?
    - Empate.
    - ¿Y cuánto es 2 por 1?
    - ¡Una oferta!
  • Una charla sobre los sentidos
    Le dice el profesor a Juan:
    - Juan, ¿qué te pasa si te corto una oreja?
    - Me quedo medio sordo.
    - Y, ¿qué pasa si te corto la otra oreja?
    - Me quedo ciego.
    El profesor confundido le pregunta a Juan:
    - ¿Por qué?
    - Y porque se me caerían los lentes, profesor.
  • Reclamo salarial
    En la escuela, el maestro le pregunta a un alumno:
    - A ver Ezequiel, ¿hiciste la tarea que mandé a hacer ayer?
    - No, profesor.
    El profesor dice:
    - Todos ustedes son unos flojos, ¿cómo es posible que yo sea el único que trabaja aquí?
    El niño enseguida responde:
    - Tiene razón profesor. Pero tenga en cuenta que usted es el único que recibe un sueldo.
  • En una universidad católica
    El profesor le toma un examen de teología a una estudiante, en una universidad católica.
    - Dígame Sosa, ¿Quién fue el primer hombre?
    Al cabo de unos segundos, la universitaria responde con un tono serio en su voz:
    - Profesor, yo he estudiado mucho para esto. Usted pregúnteme lo que quiera, pero por favor, nada de meterse en mi vida personal. Se lo agradecería.
  • No copiarás
    El lunes por la mañana, el profesor devuelve a los estudiantes los exámenes corregidos mientras dice las notas en voz alta:
    - Catalina un diez.
    - Pedro un ocho.
    - Olivia un diez.
    - Juan un diez.
    - Rocío un siete.
    - Felipe un cero.
    Felipe va hacia el profesor y le pregunta:
    - Profesor, ¿por qué a mí un cero?
    - Porque te has copiado de Pedrito.
    - ¿Y usted cómo lo sabe?
    - Porque las cuatro primeras respuestas a las preguntas están iguales, y en la última pregunta Pedrito respondió: "Esa, no me la sé" y tu has puesto: "Yo tampoco".

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