Quiero aprender Educación y religión Las mejores frases de La Divina Comedia de Dante Alighieri Share PINTEREST Email Dante y la Divina Comedia, por Domenico di Michelino, Catedral de Florencia. Dominio Publico Quiero aprender Finanzas y negocios Educación y religión Tecnología By Rómulo Parra Updated on November 01, 2019 Dante Alighieri es considerado el padre de la lengua italiana, y uno de los más grandes representantes de la literatura universal. A su vez, La Divina Comedia es su obra más conocida y alabada. A continuación transcribimos 10 de las frases más célebres, correspondientes a la primera parte de este poema épico, en la que Dante narra las penurias de quienes son enviados al Infierno. Frases célebres de La Divina Comedia “A mitad del camino de la vida, en una selva oscura me encontraba porque mi ruta había extraviado”. (Canto I, versos 1 al 3). “Yo, Beatriz, soy quien te hace caminar; vengo del sitio al que volver deseo; amor me mueve, amor me lleva a hablarte”. (Canto II , v 70 al 73). “Temer se debe sólo a aquellas cosas que pueden causar algún tipo de daño; mas a las otras no, pues mal no hacen.” (Canto II, v 88 al 90). “Por mí se va hasta la ciudad doliente, por mí se va al eterno sufrimiento, por mí se va a la gente condenada”. (Canto III, v 1 al 3). “Antes de mi no fue cosa creada sino lo eterno y duro eternamente. Abandonad, los que aquí entráis, toda esperanza”. (Canto III, v. 4 al 6). “Esta mísera suerte tienen las tristes almas de esas gentes que vivieron sin gloria y sin infamia”. (Canto III, v. 34 al 36). “Es Homero, el mayor de los poetas; el satírico Horacio viene luego; tercero, Ovidio; y último, Lucano”. (Canto IV, v. 88 al 90). “Comprendí que a tal clase de martirio los lujuriosos eran condenados, que la razón someten al deseo”. (Canto V, v. 37 al 39). “Ningún dolor más grande que acordarse del tiempo dichoso en la desgracia; y tu guía lo sabe. (Canto V, v. 121 al 123). “Hay dos justos, mas nadie les escucha; son avaricia, soberbia y envidia las tres antorchas que arden en los pechos” (Canto VI, v. 72 al 75).