Quiero aprender Educación y religión La Décima Formas de la composición poética Share PINTEREST Email miguelangelortega / Getty Images Quiero aprender Finanzas y negocios Educación y religión Tecnología By Andrea Cote Botero Updated on November 01, 2019 La Décima es un tipo de composición poética cuya exigencia métrica es tener diez versos octosílabos que deben rimar el primero con el cuarto y el quinto; el segundo con el tercero; el sexto con el séptimo y el último, y el octavo con el noveno. La representación visual de su sistema de rimas es: a/b/b/a/a/c/c/d/d/c. El nombre completo de este tipo de estrofa de diez versos es Décima Espinela, llamada así en honor del poeta del siglo XVI Vicente Espinel, quien fue el creador de la estructura métrica que hoy usamos para esta composición. Por otra parte, La Décima ha llegado a ser, además, todo un género literario, en tanto constituye, junto al soneto, la forma métrica más usada en la poesía anterior al sigo XX. El Barroco español es pródigo en ejemplos de este tipo de estrofa, entre los cuales se cuentan los escritores Lope de Vega, Calderón de la Barca y Luis de Góngora. Aún cuando la poesía rimada no es ya la estructura predilecta de los poetas contemporáneos, lo es el verso libre, las formas como la Décima y el Soneto siguen aún vigentes, ya no sólo en la literatura sino también en la canción popular. Amor, no te llame amor el que no te corresponde pues que no hay materia adonde imprima forma el favor. naturaleza, en rigor, conservó tantas edades correspondiendo amistades que no hay animal perfecto si no asiste a su concepto la unión de dos voluntades Felix Lope de Vega. versos de El Caballero de Olmedo Cuentan de un sabio que un día tan pobre y mísero estaba que sólo se sustentaba de unas yerbas que cogía. "¿Habrá otro -entre sí decía- más pobre y triste que yo?" Y cuando el rostro volvió halló la respuesta, viendo que iba otro sabio cogiendo las hojas que él arrojó ¡Ay mísero de mí! ¡Ay infelice! Apurar, cielos, pretendo, ya que me tratáis así, qué delito cometí contra vosotros naciendo: aunque si nací, ya entiendo qué delito he cometido: bastante causa ha tenido vuestra justicia y rigor, pues el delito mayor del hombre es haber nacido Sólo quisiera saber para apurar mis desvelos (dejando a una parte, cielos, el delito de nacer), ¿qué más os pude ofender, para castigarme más? ¿No nacieron los demás? Pues si los demás nacieron, ¿qué privilegios tuvieron que yo no gocé jamás? Nace el ave, y con sus galas que le dan belleza suma, apenas es flor de pluma, o ramillete con alas, cuando las etéreas salas corta con velocidad, negándose a la piedad del nido que deja en calma: ¿y teniendo yo más alma, tengo menos libertad? Nace el bruto, y con la piel que dibujan manchas bellas, apenas signo es de estrellas (gracias al docto pincel), cuando, atrevido y cruel, la humana necesidad le enseña a tener crueldad, monstruo de su laberinto: ¿y yo con mejor instinto tengo menos libertad? Nace el pez, que no respira, aborto de ovas y lamas, y apenas bajel de escamas sobre las ondas se mira, cuando a todas partes gira midiendo la inmensidad de tanta capacidad como le da el centro frío ¿y yo con más albedrío tengo menos libertad? Nace el arroyo, culebra que entre flores se desata, y apenas, sierpe de plata, entre las flores se quiebra, cuando músico celebra de las flores la piedad, que le da la majestad del campo abierto a su huida: ¿y teniendo yo más vida tengo menos libertad? En llegando a esta pasión, un volcán, un Etna hecho, quisiera arrancar del pecho pedazos del corazón; ¿qué ley, justicia o razón negar a los hombres sabe privilegio tan süave, excepción tan principal, que Dios le ha dado a un cristal, a un pez, a un bruto y a un ave? Pedro Calderón de la Barca. Fragmento de La vida es sueño